Resumen Ejecutivo
El presente artículo tiene como objetivo analizar los retos que en materia de imagen enfrenta la profesión de contador público y ofrecer algunas alternativas con las que la profesión podrá corregir la misma.
En forma destacada, la profesión debe mantener los altos estándares de ética, calidad y excelencia que la han distinguido a través de un proceso de mejora continua basado en el desarrollo de una preparación de alto nivel y amplio espectro que cultive la actualización, el desarrollo de habilidades gerenciales y de comunicación que le permitan generar un cambio de percepción en los diferentes ámbitos en que se desempeña y alcanzar una posición destacada en la sociedad.
Retos que enfrenta la profesión
En los últimos años, la imagen del contador público se ha visto afectada por diversos factores de carácter externo a la profesión en su conjunto: por una parte, escándalos financieros particulares se han vinculado directamente con el desempeño de la profesión y mermado su credibilidad a nivel global; por otra el crecimiento de matrícula estudiantil en escuelas de escaso reconocimiento y dudosa calidad (escuelas patito) en contraposición a la matrícula en escuelas públicas y privadas de prestigio, y finalmente la pérdida de oportunidades laborales.
Esta afectación de la imagen pública de la profesión la confirman los resultados de una encuesta llevada a cabo por una empresa especializada. Sin embargo, resulta útil analizar las razones de esta “crisis” de nuestra profesión.
• Una amplia oferta de contadores públicos hace muy competido el ámbito laboral y reduce la remuneración económica. • La proliferación de escuelas ofreciendo esta opción profesional sin cuidar los niveles de calidad afecta el desempeño global de la profesión y genera una percepción negativa de la profesión entre sus diferentes audiencias. • La utilización de planes de estudio obsoletos y poco adecuados a los requerimientos de la modernidad, que logran formar contadores con un nivel práctico adecuado pero sin habilidades gerenciales.• Finalmente y resultado de lo anterior, una reducción en la matrícula en universidades de prestigio al considerar poco atractiva esta opción profesional.
La profesión ha evolucionado al tiempo que otras también lo han hecho. En el pasado solían verse un mayor número de contadores públicos ocupando puestos ejecutivos y estratégicos que ahora desempeñan otras profesiones como los administradores, ingenieros, economistas, etc..
Esto es atribuible a que la preparación técnica de estos profesionales les dota de una mayor capacidad de análisis global estratégico, así como de una mayor confianza y solidez en el proceso de toma de decisiones, aunado a la habilidad de comunicación que desarrollan. Con ello parecería que accionistas y demás usuarios de sus servicios se sienten mas cómodos y confiados interactuando con ellos que con el contador “tradicional” que se califica como un profesional con fallas de comunicación.
Por otra parte, existe evidencia de prácticas negativas y desleales realizadas por algunos miembros de la profesión en distintos campos, que ante el impacto y publicidad dado a las mismas han dañado el prestigio de la profesión.
Todo lo anterior, lleva a que el público en general perciba al contador público en términos generales como un profesionista obsoleto, con limitadas habilidades gerenciales, poco actualizado y en algunos casos hasta corrupto.
El presente artículo tiene como objetivo analizar los retos que en materia de imagen enfrenta la profesión de contador público y ofrecer algunas alternativas con las que la profesión podrá corregir la misma.
En forma destacada, la profesión debe mantener los altos estándares de ética, calidad y excelencia que la han distinguido a través de un proceso de mejora continua basado en el desarrollo de una preparación de alto nivel y amplio espectro que cultive la actualización, el desarrollo de habilidades gerenciales y de comunicación que le permitan generar un cambio de percepción en los diferentes ámbitos en que se desempeña y alcanzar una posición destacada en la sociedad.
Retos que enfrenta la profesión
En los últimos años, la imagen del contador público se ha visto afectada por diversos factores de carácter externo a la profesión en su conjunto: por una parte, escándalos financieros particulares se han vinculado directamente con el desempeño de la profesión y mermado su credibilidad a nivel global; por otra el crecimiento de matrícula estudiantil en escuelas de escaso reconocimiento y dudosa calidad (escuelas patito) en contraposición a la matrícula en escuelas públicas y privadas de prestigio, y finalmente la pérdida de oportunidades laborales.
Esta afectación de la imagen pública de la profesión la confirman los resultados de una encuesta llevada a cabo por una empresa especializada. Sin embargo, resulta útil analizar las razones de esta “crisis” de nuestra profesión.
• Una amplia oferta de contadores públicos hace muy competido el ámbito laboral y reduce la remuneración económica. • La proliferación de escuelas ofreciendo esta opción profesional sin cuidar los niveles de calidad afecta el desempeño global de la profesión y genera una percepción negativa de la profesión entre sus diferentes audiencias. • La utilización de planes de estudio obsoletos y poco adecuados a los requerimientos de la modernidad, que logran formar contadores con un nivel práctico adecuado pero sin habilidades gerenciales.• Finalmente y resultado de lo anterior, una reducción en la matrícula en universidades de prestigio al considerar poco atractiva esta opción profesional.
La profesión ha evolucionado al tiempo que otras también lo han hecho. En el pasado solían verse un mayor número de contadores públicos ocupando puestos ejecutivos y estratégicos que ahora desempeñan otras profesiones como los administradores, ingenieros, economistas, etc..
Esto es atribuible a que la preparación técnica de estos profesionales les dota de una mayor capacidad de análisis global estratégico, así como de una mayor confianza y solidez en el proceso de toma de decisiones, aunado a la habilidad de comunicación que desarrollan. Con ello parecería que accionistas y demás usuarios de sus servicios se sienten mas cómodos y confiados interactuando con ellos que con el contador “tradicional” que se califica como un profesional con fallas de comunicación.
Por otra parte, existe evidencia de prácticas negativas y desleales realizadas por algunos miembros de la profesión en distintos campos, que ante el impacto y publicidad dado a las mismas han dañado el prestigio de la profesión.
Todo lo anterior, lleva a que el público en general perciba al contador público en términos generales como un profesionista obsoleto, con limitadas habilidades gerenciales, poco actualizado y en algunos casos hasta corrupto.
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