La generación de empleo, riqueza y bienestar de un país va a depender, en gran medida, de la competitividad de sus empresas. En este sentido, tomaremos a la empresa como unidad de análisis del trabajo, señalando que su capacidad de competir en mercados cada vez más abiertos y competitivos va a venir determinada tanto por su actual dotación de recursos y capacidades susceptibles de aprovechar las oportunidades de negocio presentes, como de su habilidad para acumular y desarrollar nuevos recursos que le permita crear ventajas competitivas en el futuro.
En esta línea, veremos que los recursos empresariales de mayor potencial competitivo, dadas sus características, son aquellos de carácter intangible, como el capital comercial (reputación, imagen de marca), capital organizativo (estructura organizativa, cultura empresarial, estilo de dirección), capital humano (formación, motivación, conocimientos del personal), y capital tecnológico (saber hacer, dominio de tecnologías, innovación). De todos ellos, nos centraremos en la capacidad de innovación de la empresa, que puede considerarse, en última instancia, como la principal fuente de ventajas competitivas sostenibles ya que va a hacer posible la acumulación del resto de intangibles. De esta forma, estudiaremos importantes aspectos relativos a la gestión y desarrollo de esta capacidad empresarial, los cuales estarán vinculadas al fomento del aprendizaje dentro de la organización a través de una adecuada gestión del conocimiento.
Actualmente hablamos de un esquema globalizado, que supone la interacción de actividades económicas y culturales, bienes y servicios generados por un sistema con muchos jugadores y actores. Pero lo realmente importante en este juego globalizado es, a la velocidad que se mueven las piezas.
En estos momentos donde en el mercado existe un sesgo hacia la hipercompetencia, el gran juego del mundo se llama velocidad; el mundo se está dividiendo en dos: países rápidos al cambio y países lentos al cambio. Y ¿quién va a sobrevivir?...
Nos encontramos ante una realidad que refleja que la polarización de la riqueza cada vez se afianza más y más. La competencia es muy agresiva y tenemos que entrar al mundo del cambio a una altísima velocidad, no podemos esperar.
Ante una realidad que nos exige actuar, un entorno que nos bombardea de competencia y que cambia velozmente, es determinante que reaccionemos a todas estas señales. En general este proceso de reacción involucra un cambio. Viene entonces la pregunta:
Nos sumamos al cambio?.Cómo logramos crear ventajas competitivas sobre los otros jugadores?. Entramos en el juego de ganar?.Cómo jugamos?
Todos los caminos indican que el único camino es INNOVAR, esta debe ser nuestra bandera. Pero todo no queda allí, en este camino caen muchos, no es sólo, andar en el, en el ínterin, no solo podemos caer, sino quedar fuera del juego. Debemos jugar a paso seguro... entonces surge la otra pregunta: ¿Cómo innovar y no morir en el intento?
La manera de competir y hacer negocios es otra. La arena de juego, es un bombardeo de períodos continuos de cambio, donde nos estamos viendo sometidos a una serie de fuerzas de cambio tales como: Globalización. Redimensionamiento de las empresas: fusiones, alianzas estratégicas, coopetencia, Tecnología de la Información. Clientes cada vez más exigentes, lo que se traduce en la necesidad de Nuevos Productos y Procesos: actualización e Innovación.
En conclusión, la reacción a estas fuerzas es INNOVAR; pero cómo hacerlo exitosamente?. Innovar no necesariamente significa éxito, o lo que es peor, el que innova no necesariamente sobrevive, muchos intentos de innovación redundan en fracasos. Si es un movimiento clave en este juego de velocidad, pero no significa ganar. Es entonces cuando nos damos cuenta, que el cambio no es sólo tomar la decisión de hacer la jugada sino de pensarla, planificarla estratégicamente para que finalmente se cristalice en Ganar y seguir en el juego. Todo nos indica que se debe gerenciar ese cambio. Actualmente, las economías más poderosas son aquellas que han logrado fortalecer y administrar su capacidad de innovación, es decir, su capacidad para generar conocimientos y llevarlos exitosamente al mercado.
.."la innovación puede incrementar la competitividad, pero requiere de un conjunto diferente de conocimientos y destrezas a los utilizados en el día a día de la gerencia del negocio". (Tidd, Bessant & Pavitt. 1.997).
Innovar no es sólo hacer algo nuevo, es lograr materializarlo y comercializarlo exitosamente, lo que involucra no sólo innovación tecnológica, sino también cambios organizacionales, gerenciales y comerciales.
Debemos ver entonces a la innovación como un proceso gerencial. Un proceso continuo, en el que encontramos las siguientes etapas (Fuente: Horacio Viana Cátedra de Gerencia de la Innovación. IESA. Año 2000) :
o Procesamiento de señales: Monitoreo y Búsqueda en el Entorno rápidamente cambiante, detectar las innovaciones potenciales, y producir el cambio de la sobrevivencia. Procesar estas señales con madurez, es decir, desarrollar una capacidad de cambio para mejorar. La idea es procesar esas señales, digerirlas, asimilarlas y sacarles el máximo provecho, visualizarlas y extraer las más significativas para el cambio, y luego concatenar esas ideas en un Plan Estratégico.
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o Estrategia: Dónde estamos ahora?. Hacia dónde queremos ir?.Cómo llegamos allí? Nuestra estrategia de innovación debe establecer fundamentalmente, cómo usar los conocimientos para desarrollar nuevos o mejores productos y/o procesos para crear valor y ventajas competitivas.
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o Dotación de Recursos: Asignarlos y Hacer usos efectivo de los mismos. Nuestro plan maestro también indica cuáles serán aquellos recursos que se tendrán que asignar en este proceso de cambio. Lo importante es que se cuente con el compromiso y el apoyo por parte de la alta gerencia hacia este cambio, y por lo tanto se asignen los recursos. Es importante,_ y de allí la diferenciación de las empresas exitosas_ hacer el uso más eficiente y correcto de estos recursos lograr desarrollar nuevas o mejores ventajas competitivas.
o Implementación: Desarrollar esquemas y estructuras .Involucra actividades de gerencia y planificación de proyectos, y configuración de la tecnología y la organización. Aquí es donde se hace el verdadero trabajo pesado del cambio. Es aquí donde debemos gerenciar los aspectos críticos del cambio. El monitoreo y el seguimiento debe hacerse sobre la marcha, y para ello se deben manejar indicadores que nos permitan evaluar el desempeño y saber donde estamos con respecto a las iniciativas de cambio.
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o Aprendizaje y re-innovación: Después de lo que hicimos Cuál será la próxima jugada? Aquí debemos evaluar si hemos tenido éxito o no. Estamos logrando el estado futuro que planificamos? Lo estamos haciendo tan bien o mejor de lo esperado? Aquí debemos aprender de nuestra experiencia: tanto de los éxitos como e los fracasos. Es tiempo de aprender, pero también de desaprender de aquellas cosas que hemos hecho en forma equivocada, reaprender nuevos horizontes, nuevas visiones para poder entender hacia dónde vamos, cuál es el cambio.
Ante la alta velocidad de cambio, debemos desarrollar una capacidad de innovación altamente competitiva que agregue valor, adquirir, acumular, mejorar y usar tecnologías de mercado. Se debe desarrollar habilidades y destrezas para gerenciar el proceso del cambio.
Debemos ver la innovación como un proceso gerencial, es decir, asociar a la innovación un pensamiento gerencial estratégico.
...Cómo innovar y no morir en el intento? Tenemos que planificar el cambio, fijar estrategia. No es sólo ver el éxito como un lugar de destino, sino también como un camino en el cual nos vamos a encontrar un sin fin de obstáculos.